No me fías. No te fío. No me fío

 

     (Previamente a la lectura de este texto intente verbalizar las cantidades que figuran entre paréntesis)

 

     Todos los analistas coinciden, a día de hoy, al afirmar que la solución a la grave crisis que padecemos pasa, al menos en gran parte, por la reactivación de la actividad económica productiva, esto es, por que las empresas privadas (y públicas) contraten mano de obra, produzcan y vendan. O dicho de otro modo, por que realicen o cumplan con el objeto social para el que fueron creadas, (habría que instar ante el juez de lo mercantil la liquidación de todas aquellas sociedades que no cumplan ese requisito fundacional) cualquiera que sea este: producción de bienes, prestación de servicios, producción de energía, comunicaciones…para lo cual es imprescindible que puedan acceder a créditos bancarios.

     Como todos sabemos, los bancos y entidades de crédito, actualmente no conceden ningún préstamo o casi. No hay liquidez.

     Los Bancos Centrales de los países mas desarrollados llevan inyectando, desde hace muchos meses, ingentes cantidades de dinero a los mercados financieros, para evitar o al menos paliar los gravísimos problemas que acarrea la falta de liquidez en el sistema. Como ejemplo recordaremos algunas cifras y fechas: Antes de que acabara el año 2007, el Banco Central Europeo puso sobre la mesa trescientos cincuenta mil millones de euros (en pesetas y en cifras: 58.235.100.000.000). Recientemente, el pasado mes de Agosto, el Banco Central de Los Estados Unidos inyectó treinta y cinco mil millones de euros, mientras que el Banco Central Europeo hacia lo propio con setenta mil millones de euros, el Banco de Inglaterra aporto veinte y cinco mil millones y el Banco de Japón diecisiete mil millones más. Hace unos días, el 24 del pasado mes de septiembre, el Banco Central volvió a poner a disposición de los mercados noventa mil millones de euros, a su vez cinco grandes bancos centrales pusieron setenta mil millones más.

     En resumen, en tan solo las tres operaciones citadas, se han puesto a disposición de Bancos y Entidades Financieras la friolera de seiscientos ochenta y siete mil millones de euros (114.307.182.000.000 de pesetas) en conjunto se han aportado tremendas cantidades de dinero a los mercados, no solo las aquí computadas, precisamente para evitar o, al menos, paliar los problemas que acarrea la falta de liquidez. Los enfermos que van a recibir estas inyecciones, los bancos comerciales, no las quieren o, se las apalancan para otros fines o no acuden a los Bancos Centrales para disponer de ese dinero.

     Como consecuencia no se prestan dinero unos a otros, no circula y no hay liquidez. Estas entidades no se fían unas a/de otras, falta la confianza entre ellas. Esto desde luego, pasa ahora, porque, sin embargo, cuando era un momento de expansión y bonanza económica se prestaban hasta el culo. Hasta ahora argumentaban, para explicar esta situación, que desconocían hasta que punto los otras entidades estaban afectadas por el sucio entramado financiero que entre todos habían montado para enriquecerse más y más. Hoy ya se sabe cuales son las entidades financieras tocadas y en que medida están afectadas, por lo que se entiende, menos aun, porque no circula el dinero de todos, puesto encima de la mesa por las autoridades financieras para que no falte liquidez. Hay dos tipos de razones para explicar este tipo de conducta, unas son espurias y otras, como nos dice Juan José Millás, relativas a su propia naturaleza: «Que entre los bancos no se presten dinero es como si entre escritores no se prestaran ideas, o sea, lo normal. Lo extraño es que vinieran prestándoselo hasta ahora».

     Aguda ironía aparte, su falta de sensibilidad y moderación, su avaricia y desfachatez han colocado a los bancos en el punto de mira de la sociedad entera. Baste decir que los siete bancos medianos españoles – Banco Sabadell, Banesto, Bankinter, Banco de Madrid, Banco Guipuzcoano, Banco Pastor y Banco de Valencia-, en el periodo que media entre Enero y Septiembre de este año, han obtenido un beneficio total de aproximadamente dos mil ciento veinticuatro millones de euros (353.403.864.000 de pesetas) lo que supone un siete coma ocho por ciento mas que en igual periodo del año anterior. Sin embargo los cinco grandes – Santander, BBVA, Caja Madrid, La Caixa y Banco Popular- reducen en un uno coma seis por ciento su beneficio en los primeros nueve meses del año hasta quince mil noventa y seis millones de euros (2.511.763.056.000 de pesetas).

     Aun inmersos en esta catastrófica crisis causada por ellos, siguen obteniendo inmensos beneficios.

¿Que mayor perversión?

     De todo esto quizá haya salido algo bueno. Para muchos de nosotros lo único o lo mejor que esta sucediendo es que esta crisis ha hecho fuerte, de nuevo, al Estado.

     Frente a los apologistas del libre mercado, según los cuales no hay que intervenir en ningún caso, porque él se regula solo y soluciona todos sus problemas por si mismo.

     Frente al inmenso poder de las empresas y corporaciones supranacionales. La realidad, dura y terca, ha desmontado todos sus argumentos y ha demostrado que Los Gobiernos, Los Estados, los representantes del pueblo soberano han tenido que intervenir y tienen o tendrán que limitar y controlar el poder de entidades, empresas, bancos y corporaciones.

     Tendrán que proponer un nuevo modelo económico mundial.