CULPABLES: BILLONARIOS Y BANCOS

     No hay duda los gurús de la economía mundial han identificado a los causantes de esta crisis mundial de nefastas e incalculables consecuencias. 

     Son los bancos y entidades financieras y sus directivos los que, sobre un tipo de préstamo conocido como hipotecas basura, montaron un complejo entramado financiero, capaz de enriquecer desorbitadamente a los participantes en el mismo. Si bien su núcleo original estaba en Estados Unidos sus consecuencias no habrían sido tan graves para el mundo entero, si como se ha comprobado un número muy importante de bancos y entidades financieras de toda la tierra no hubieran participado en dicho entramado.

Modos de verlo

     Hay una lista. Exigir responsabilidades económicas a esas entidades para que las satisfagan, una vez salvadas con el dinero del pueblo, en los años venideros, es lo menos que se puede pedir a los gobernantes de cada país afectado.

     Mas fácil aún es exigírselas ( y hacerlas efectivas ) a los gestores de esas entidades, todos son conocidos con nombre y apellidos, el mas reciente de ellos Bernard Madoff, así como las cantidades billonarias que se llevaron, en muchos casos como indemnización al ser despedidos por su desastroso trabajo para esas entidades, en otros casos como producto de su estafa. No son, sin embargo, de dominio público las ingentes cantidades que estos individuos se embolsaron a través de otros sutiles instrumentos, producto de la ingeniería financiera, como podrían ser las opciones sobre acciones (stock options) y las propias participaciones en el capital social de aquellas entidades.

     Nuestros excelentísimos gobernantes deberían, no solo como hemos dicho exigirles que devuelvan todo lo indebidamente cobrado, sino que además deberían intervenir para recortar los exorbitantes y abusivos sueldos que estos ejecutivos se atribuyen. Baste recordar que los doce altos ejecutivos que dirigieron a la gran banca estadounidense en las vísperas y durante el hundimiento de Wall Street vieron premiado su fracaso con alrededor de quinientos millones de dólares.

     Igual responsabilidad patrimonial habría que reclamar y efectivamente cobrar a los auditores y a los calificadores de solvencia y liquidez de bancos y entidades, sobre todo porque no se enteran: sabíamos, porque así se nos había advertido y porque casi cualquiera podía preverlo, que la burbuja inmobiliaria habría de estallar en cualquier momento. Por el contrario ninguno de aquellos profesionales nos había advertido de la hecatombe financiera que se iba a producir, más bien al contrario, hasta unos pocos días antes del rescate por parte del estado de las grandes empresas que estaban a punto de hundirse, sus informes hablaban muy bien de la solvencia y liquidez de estas entidades culpables y quebradas.

     Y por ultimo a todos los culpables : gestores, altos ejecutivos, miembros de los consejos de administración de las entidades implicadas…, ante la imposibilidad de meter en la cárcel a sociedades, compañías , multinacionales y cualesquiera otras personas jurídicas, habría que aplicarles el código penal con todo rigor y con nuevas penas, como la que proponemos en un escrito editado en este mismo blog con el titulo de Delincuencia de Guante Blanco e Impunidad, esto es, declararlos pobres de solemnidad.